Aquí us deixo un nou mandala per meditar i reflexionar una mica:
Todo actúa en conciencia,
se desarrolla en conjunto, y se apoya mutuamente.
- En aquellos dias, cuando todavía Dios moraba sobre la tierra, llegó un viejo campesino y le dijo: "Tu eres Dios y has creado la Tierra. Seguramente es una gran hazaña, pero tengo que decirte que no eres un buen campesino. Ni siquiera conoces las reglas más simples de la agricultura. Si quieres puedes aprender algo de mí".
Y Dios le preguntó al campesino: "¿Qué consejo me das?"
"Lo mejor seria concederme un año. En ese año te enseñaré lo que se puede hacer de este mundo. Sigue tan sólo durante un año mi consejo y ocúpate de que todo se cumpla tal y como yo te indique. Verás cómo al terminar el año no habrá ni hambre ni pobreza en la tierra".
Dios asintió con la cabeza y acepto el trato. El campesino disponía sólo e un año y enseguida comenzó a hacerle peticiones a Dios, pero únicamente las más indicadas.
El tiempo para sembrar era justo el adecuado. Ni demasiado frío ni demasiado calor. Las temperaturas eran ideales, de modo que las semillas podían germinar y crecer óptimamente. Si el campesino pedía sol, éste salía; si pensaba que necesitava agua, encargaba lluvia. Además, puso mucho cuidado para que todo se desarrollara de forma agradable y de la mejor manera. Ninguna tormenta se produjo ese año sobre los campos amenazando con doblar las espigas; ninguna tempestaad se desencadenó sobre ellos, y ni animales ni enfermedades amenazaron la cosecha.
A diario, el campesino visitaba los campos. Con orgullo, miraba por encima de los maravillosos cultivos, donde el trigo crecía tan alto y espeso como nunca. Y todos los días encargaba a Dios el tiempo ideal para el desarrollo de las cosechas. Poco a poco los exuberantes trigales se tiñeron de color del oro y el campesino se paseó delante de Dios, Muy orgulloso, llamando su atención sobre su lograda obra. "Ésta cosecha será tan abundante que podremos vivir diez años de ella. Ya nadie tendrá que pasar hambre o tendrá que trabajar", le decía a Dios. "¿No te dije que podrías aprender mucho de mí?".
Pero cuando las espigas fueron segadas y llevadas a la era, descubrió en la trilla que no contenían granos. El campesino, sorprendido, corrió junto a Dios y le preguntó: "¿Dónde está el trigo? ¿Qué ha salido mal?". "Te has olvidado de una parte esencial", le contesto Dios. "Un poco de roce y de reto son necesarios. Los relámpagos y truenos, la tristeza y el dolor, enriquecen lo mismo que la felicidad y la alegría. Tu has evitado todo lo que a tu parecer era dañino y así el trigo quedó sin germinar. Las tormentas y las tempestades son necesarias, al igual que el sol y el cielo azul, porque despiertan el alma del trigo".-